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Foto del escritorJavier Gatti

Punto Porteño / Santa Fe desde Lejos



Lo general y lo particular y todo político. El Frente volvió con Todes, Abril quiere ser bailarina clásica profesional y de rebote PAUSA adquiere un punto de vista con 395,94 kilómetros de perspectiva en línea recta y El Cohete a la Luna un tripulante que se sube varias estaciones más cerca. El de un santafesino que nunca será 011 en el reducto original y defensivo del PRO, ese estado libre asociado que encanta al turista, satisface al porteño y ofrece un variado menú de esparcimiento al migrante con ojo crítico. Con uno solo, con el otro ojo y con el corazón apunta a Santa Fe, que late desde un Rosario que está algo más cerca y se hace notar en el acotado menú federal que consume el capitalino medio cuando hay hambre, cuando hay tiros, cuando hay muertos.


Ariel también es provinciano, un santiagueño de La Banda que ha resuelto afincarse donde su proyecto de vida tiene mejores chances y conforma la red de contención afectiva de éste redactor litoraleño gracias a los oficios de una chaqueña (todos santafesinos por caso!) que hoy despliega su feminismo peronista en el Brasil de Bolsonaro: Lilian Ferro, a quien tanto amamos. Ariel es peronista de izquierda, kirchnerista para peor, excepcional cocinero y fan de sus gatas. Los últimos cuatro años padeció la gestión que venía a cerrar la grieta rellenándola con kukas dependiendo funcionalmente del Rabino Bergman como Director Ejecutivo del Programa de Bosques Nativos y –extenuado- llegó a planificar junto a Sebas, su compañero y astrólogo erudito una huida a Nueva Zelanda, donde –con distancias siderales y todo- la patria doliera menos.



> Ariel emparedado entre el sofá y sus gatas.


N. de la R.: Sí, como leyeron, sobrevivió al igual que quien suscribe (algunes sí y otres no) a las dietas macristas que casi eliminaron la grasa militante protegiendo un programa excepcional de los 12 años felices y a varios compañeres contratados. Resistir sin travestirse, algo que hoy empata y hasta pierde con el reciclaje bizarro de los que fueron socios de CAMBIEMOS en el peor gobierno que se recuerde en años y se postean diciendo: “siempre fuimos peronistas, estamos entre compañeros no?”. Y es con todes.



¡Los del interior nos rodeamos con gente del interior! Exclama Ariel, es totalmente así y me hace acordar al síndrome de abstinencia del Rata, miembro también de esta selecta grey y de Hijos Línea Fundadora Santa Fe, diseñador de la Revista Crisis; otro santafesino que no sabe fabricar muchachos, padre de Manuela, Juana y Violeta que se vino a la capital de Chetoslovaquia bajo la premisa de que “el lugar de uno en el mundo es aquél en donde están les hijes”, en este caso las pibas.



> Martín y retoñes, hoy vecines de Floresta...o Floreste.


El caso de Martín Vega (tal su nombre artístico), hijo del flaco y de Marta, responde a una patología más específica: necesita una inyección de santafesinismo cada tanto y la obtiene recurriendo exclusivamente a santafesines bajo la condición estricta de abandonar esos amaneramientos infecto contagiosos conque nos inocula el porteñismo: cierta soberbia antropocéntrica, la aceleración de ademanes al cuete, la modulación escasa al hablar y la pronunciación estricta y ridícula de todas las eses. Y esto sin contar la remisión insoportable de los capitalinos a Rosario como si de una provincia autónoma se tratase o la utilización de una metáfora geológica de gran éxito nacional: el interior es “profundo”, está debajo, enterrado y virginal, por lo que Santa Fe estaría a unos 400 kilómetros bajo tierra y sus temperaturas abrasadoras se corresponderían por su cercanía relativa al núcleo terrestre.


El hecho es que sin Ariel, Rata, Laura y otres porteñes increíblemente provincianos como Vero, Ernesto, Mechi, Ale y Fernando, CABA sería un páramo erizado de edificios de altura, estaciones saludables y metrobuses. Pero el punto es otra pregunta ridícula pero que nos encanta: “cómo nos ven y nos vemos desde aquí?”; “porqué una pinta sale 95 pesos contra 20 de un liso”; “qué onda Perotti?”.



> Vero y su ojo que mira el magma...o todo lo que está bien.



Progresismos y prioridades…la revolución es un sueño eterno


Las variadas y eufóricas huestes que conforman el Frente de Todos a nivel nacional y el menú equivalente de orgas que agrupa en la provincia invencible fueron avisados en campaña: la premisa era cortar a Macri, asumimos la gestión de un territorio devastado y es con todes. Más allá de la incontinencia justificable de Grabois está claro que la reforma agraria, la estatización del sistema de riesgos del trabajo y la propiedad obrera de los medios de producción (por decir) quedarán para más adelante mientras la política recupera márgenes de decisión y se reparan los daños más urgentes. Nadie puede decir que el arranque de Alberto no contenga buenas dosis de kirchnerismo original, de nestorismo e incluso de cristinismo, tales como la inmediata recuperación de capacidad adquisitiva de planes sociales y los salarios más bajos (aunque sin un eficaz control de precios disparados para reapropiarse de esos excedentes queda rengo), el incremento de la carga tributaria de los sectores con mayor rentabilidad, la renegociación cruda y realista de los vencimientos de una deuda impagable en los términos en que fue contraída, evitando descargar los costos sobre los que menos tienen y más necesitan del Estado y más recientemente devolviendo al Estado el control de las Fuerzas Armadas como un instrumento para la defensa nacional a la orden del poder civil y democrático de turno (que jamás puede ser el de los EEUU).


En Santa Fe, el diferimiento del cronograma de pagos de salarios estatales y la bala lista en la recámara de las fuerzas policiales dispararon (sic) críticas del propio palo, incluso de funcionaries recientemente asumides y que se identifican con el ala kirchnerista de un Frente que sabe que el jefe político del aglomerado es Omar Perotti, el único que podía (unificación ordenada por Cristina mediante) encabezar la titánica tarea de sumar a los cuatro peronismos en las generales. Incluso el partido de los senadores peronistas (otrora tan permeables a la “línea de asistencia económica permanente al legislador razonable” implementada por socialismo durante 12 años) fueron más lejos que nadie en su rebeldía y fueron rápidamente encuadrados por el piamontés que paga lo que debe en función de lo que recauda, sin endeudarse para gastos corrientes y respalda a quien les dice a los jefes policiales que “los senadores no son sus jefes, se acabaron las jefaturas paralelas”.


- Pero al final qué es ese tipo, con qué pierna le pega? Adhiere al protocolo de aborto no punible, le sube ingresos brutos a los bancos y cerealeras y se hace el ruso para que lo puteen todos los empleados públicos que lo votaron!!! Porque lo votaron a él!!!


La consulta no es de un santafesino desterritorializado, es de un capitalino muy politizado y porteñocéntrico pero buena gente, de esos que piensan que Santa Fe es todo lo que está al norte de Rosario hasta el Chaco, donde la selva da inicio al interior agreste sin diseño y sin ofender. Entonces se le explica lo siguiente: es un impecable exponente del peronismo gringo, un piamontés (no ruso) pragmático que si tiene 5 y debe 20 no pide prestado, paga en cuatro cuotas y pone en fila a los acreedores por proximidad y nivel de ingresos. Que no le gusta que los delincuentes le manejen la calle, los senadores la cámara alta, el socialismo los escraches, los medios la agenda y el humor social, ni que nadie le maneje absolutamente nada. Que al igual que casi todos los jefes políticos conocidos sólo confía y toma decisiones importantes con un reducido núcleo colaboradores históricos. Y que lo apuntado y visto hasta el momento no lo convierte en un discípulo moderado de Fidel Castro o Néstor, ni en un cuadro indudable de la derecha liberal ortodoxa. No admite clasificaciones ideológicas groseras y nos recuerda que a un gobierno se lo juzga por sus acciones concretas y finalmente por la distancia entre lo que dice que piensa y hace y lo que realmente hace, o entre el relato de gestión y la realidad.



Dale, hablemos de Rosario


Uno de los ejes más promocionados de la reunión que mantuvieran el gobernador Perotti y Marcelo Saín con el presidente y la flamante Ministra de Seguridad fue la solicitud/promesa de envío de una nueva dotación de gendarmes para contener la demostración de autoridad del complot narco policial y que podría resumirse con la frase “ustedes llegan, ustedes bravuconean, les llueven cadáveres, ustedes pasan y nosotros quedamos”.


Y qué es Rosario básicamente y saliéndose de “la cuna de la bandera, del Che, Nebbia, Olmedo, la Trova, Fito, Fontanarrosa y coso”? Pues una ciudad configurada en los últimos 15 años por una fenomenal inyección de inversiones inmobiliarias y servicios “gentry” financiados con el dinero negro del narcotráfico y la venta bajo cuerda de soja y otros comoditties agropecuarios. Una hermosa y desigual ciudad como fachada de un laverap enorme y que se consolida –conviene recordarlo siempre- durante las gestiones de Binner, Lifschitz y Fein; en ese lapso -como suele asegurar Ricardo Regendorfer- la policía se transformó paulatinamente en el CEO del hampa. Hoy toda la fantasía pasa por contener la brutal marcada de cancha y tomar el control territorial de las zonas críticas para empezar a hacer realidad aquello de “paz y orden” sin transar como Bonfatti con la UTE delincuencial: mordisqueamos el repulgue para los diarios, no les complico los negocios y ustedes no me tiran un fiambre por semana sobre la mesa.


Y es aquí donde ingresan mis tres amigues troskes, porteños brillantes y con un invencible sentido del humor, capaces de rastrear su propio desatino (y el mío) y reírse a mandíbula batiente. Confunden a Perotti con Reutemann pero jamás a Trotsky con Del Caño y se horrorizan pues terminan coincidiendo con Berni: “saturar el territorio de gendarmes (nunca ratis) sólo consigue desplazar el delito a otras localidades” o refinar las logísticas de las bandas, se rediseñan con estructuras más livianas y jefaturas dinámicas para resistir el copamiento territorial con altos índices de resiliencia. El chiste para todes y remate es “al final es al pedo, como el peronismo” y nos ponemos a cantar desafinados una que sabemos de memoria y es Sólo le pido a Mao: “(el peronismo) es un monstruo grande y pisa fuerte, toda la pobre inocencia de la gente”, risas y aplausos. Así cerramos cualquier grieta, por lo menos entre 4 ó 5.


Así estoy finalmente: lejos y cerca del mejor periódico de política y cultura del país (PAUSA, cuál otro?), muy cerca de la nave espacial más libre y desafiante del periodismo global (El Cohete, cuál sino?), confinado a CABA pero cobijado por provincianos desafiantes que arremeten contra el obelisco, padeciendo calores con mosquitos que me acercan increíblemente a Santa Fe, abusando de la paciencia de Juan y Ezequiel (el “negro” para los catálogos de colores) y reportándome a la espera de órdenes precisas porque en la vera cruz está la vera posta y se ven mejor las prioridades. Cual sicario pregunto entonces: ¿qué hay que hacer? ¿a quién hay que escribir?

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