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Foto del escritorJavier Gatti

"Los gobiernos deben garantizar que el pueblo también tenga derecho a una mejor cultura"


Foto: Verónica Villanueva.

Franco Luciani (o Fragasanco Luciagasani en el lunfardo rosarino) es un santafesino que –como Serrat- no extraña pero no olvida. Lleva sus afectos y su patria entre la armónica, las manos y sus labios. Unos son fuertes y fieles, los otros papeles o mejor aún: músicas que deja sonando en todos los lugares del mundo en los que toca. Como los Orozco, tocó casi con todxs y es uno de los instrumentistas más virtuosos y premiados del país. Es armonicista, es decir que no tiene apuro por amasar su primer millón, pero vive de lo que toca, de lo que compone y de lo que graba. Lo citamos en un bar palermitano rodeado de libros que se dedicó a investigar antes de sentarse a la mesa, acomodó las armónicas sobre la mesa y se dispuso a enfrentar un reportaje que planeaba no preguntarle nada de lo que ya había respondido tantas veces. Este reportaje es un viaje intenso por las pasiones y las ideas de uno de los músicos populares más importantes que tiene este país, vale la pena.


P / Para empezar por algo más bien general. Alguna vez reporteando a un par de músicos reconocidos y amigos tuyos (Claudio Cardone y Javier Malosetti) compartía esto de que nos estamos quedando sin compositores, sin grandes autores, los que componen el cancionero de los 30 ó 40 temas que el día de mañana vamos a cantar todxs. ¿Compartís esto?

FL / Me atrevo a ampliar tu pregunta y diría que no sólo es un tema de los compositores sino también los intérpretes porque así queda fuera del análisis la ausencia de Mercedes Sosa por ejemplo, el intérprete a su manera también es un creador porque en sus versiones genera una nueva mirada. De hecho existe el derecho de intérprete, vos llamás a la radio y decís “quiero escuchar Alfonsina y el mar”, una gran obra de Félix Luna y Ariel Ramírez, pero en la versión de Mercedes Sosa. Entonces abramos el panorama y me aboco a contestar tu pregunta. Yo creo que nos estamos quedando, definitivamente. Pero no sé si hay que verlo necesariamente mal, tal vez hoy mismo se está gestando algo que dentro de unos años lo vemos como el nacimiento de que en ese momento habrá florecido. Yo trato de evitar el pesimismo pero el negar las cosas tampoco es bueno. Hoy no se ve un nuevo Spinetta, un nuevo Charly, un nuevo Fito, no se ve una nueva Mercedes, un nuevo Cuchi Leguizamón, Piazzolla, Troilo o autores de esta talla en el jazz. Pero no es un problema netamente argentino, tampoco hay nuevos Joao Gilberto o Jobim, vos podés decir “uy mirá cómo toca el piano Brad Mehldau pero para mí no es Thelonius Monk”.


P / Con estas cosas uno siempre tiene la duda si no estará siendo muy prejuicioso a favor del pasado, siempre escuchando y valorando los mismos discos.

FL / No, lo que pasa es que yo creo que cuando vemos un mundo que está empobrecido y con cada vez más desigualdades…eso se refleja en la cultura también, sin dudas. ¿O acaso la cultura es una esfera separada de la realidad? Uno ve los derechos humanos de hoy y los compara con el pasado y ha habido algunos progresos, pero eso no quiere decir que ahora no estemos en franco retroceso. Hoy por hoy no se están renovando los grandes artistas pero no vale llorar sobre la leche derramada ni negarlo tampoco, hoy pasa eso pero sigue habiendo búsquedas muy interesantes, hay muchos solistas o grupos que están generando cosas de primer nivel. Lo que pasa es que antes vos sacabas un tango y había tremendas posibilidades de difusión, incluso se vendían las partituras para tocarlas. Era muy común que muchos supieran tocar guitarra o piano, entonces salía –yéndome un poco a los sesentas- “La última curda” o “Flor de Lino” y tenían unas posibilidades de popularización que hoy no existen, para mí la diferencia radica ahí. Es muy desigual la posibilidad de poder popularizar las nuevas creaciones. A mí me gusta hacer una comparación: ¿hay algún problema conque Ricardo Arjona haya hecho 37 Luna Park? Ninguno por supuesto. El problema es que no hay ningún artista argentino de música popular –no Abel Pintos que se transformó ya en una figura masiva del pop- que sea capaz de lo mismo.


P / Parece ser el sino de la época del folklore esto de desnaturalizarse y terminar tomando como raíz ritmos latinos y pop con “salpicaduras de folklore” para terminar siendo masivo. Pienso en Los Nocheros o Luciano Pereyra. En el experimento fallido de Soledad con Emilio Estefan, ese pop latino esotéricamente fusionado que casi destroza su carrera.

FL / Yo igual no juzgo eso, empezaste por un lado y te fuiste por otro porque es más negocio (digamos la verdad), no está mal pero no me parece negarlo tampoco, disfrazarlo artísticamente, que es otra cosa.


P / En tiempos de furioso mercado no hablemos de los valores estéticos, el compromiso artístico o la honestidad intelectual, pero se puede vivir de la música popular evitando el mercadeo?

FL / Sí pero no es fácil. Yo vivo de la música y no doy una sola clase, vivo pura y exclusivamente de lo que genero tocando, girando y grabando.


P / Bueno, pero vos sos un híper sesionista, colaboraste en más de 120 discos, qué peso tiene eso en la supervivencia de Luciani en tus propios términos digamos?

FL / No te creas que vivo de eso, yo creo que se puede subsistir dignamente pero la verdad es que no es fácil. Lo de sesionista es muy importante desde el prestigio porque por algo me convocan y quieren tocar con Franco Luciani (detesto el uso de la tercera persona) pero lo que yo defiendo es mi nombre, construyo mi carrera por ahí. Es lo más difícil, lo más largo, encima yo tengo una amplitud genérica enorme, lo mío es el tango y el folklore, pero decir que toco en casi todos los géneros. Es mi ideología de vida también.


P / Y por ahí tu obra, tu veta es sencillamente esa, la variedad, la fusión. Alguna vez dijiste que para vos había dos tipos de música: la buena que se hace con talento y autenticidad y la mala música.

FL / Sí, a la larga sí. Pero ojo, yo nunca diré que –de acuerdo a como yo lo hago- el folklore y el tango son una misma cosa. Hay músicos que se dedican toda una carrera a una sola veta del folklore o el tango, es más normal que lo mío. Pero yo cuido mucho los lenguajes con que se construyen esos géneros.



"Si hay un prejuicio acerca de poder vivir de la música, no te cuento con un instrumento como la armónica. El clásico de…”vas a vivir de la música, ahá…y sos violinista en una orquesta estable por ejemplo? Armonicista?, déjate de joder!” / Foto: Verónica Villanueva.

P / Quien te escucha tocar, con el tremendo virtuosismo con el que lo hacés, piensa que repartías la práctica entre la batería y la armónica en partes casi iguales, esa técnica, o esa cualidad de improvisación debieron llevar muchas horas de práctica…

FL / Yo estudié mucho y estudio la armónica, no sé si estuve seis horas por día durante cierto tiempo para desarrollarme. Estudio constantemente pero hay momentos en que la armónica es ponerte frente a la atril y otras atendiendo todas las obligaciones que tenés y por ahí cuando terminás de tocar con otros proyectos no te quedan ni ganas y tiempo para ponerte otra vez frente a la atril. Eso va y viene. Y como dijo Fito: “Rosario siempre estuvo cerca” y todo es más progresivo que si viviera en Tucumán o Neuquén porque podés empezar viniendo cada mes o mes y medio, después cada quince días o algunas veces por semana, hasta que el volumen de tu trabajo te permite radicarte y listo. Yo hago retrospectiva y veo que la verdad es que le puse mucha energía, las cosas no pasaron porque sí. Fue todo luego de la revelación en Cosquín (2002), pero si luego de ese premio de gran envergadura no hacés nada, no pasa nada.


P / Está plagado de artistas que se revelaron en Cosquín y luego no llegaron a grabar ni siquiera un disco…

FL / O que ni siquiera se dedicaron a la música, yo me propuse ir por lo mío. Por eso estoy muy agradecido a mi familia, porque si hay un prejuicio acerca de poder vivir de la música, no te cuento con un instrumento como la armónica. El clásico de…”vas a vivir de la música, ahá…y sos violinista en una orquesta estable por ejemplo? Armonicista?, déjate de joder!”.


P / Estás empeñado en fracasar no es cierto?

FL / Claro, encima yo soy una persona totalmente abocada a esto, hay otros músicos que desarrollan actividades o proyectos paralelos para vivir. No es mi caso, me dedico a tocar y grabar con mi instrumento. Yo tuve el apoyo para decir “ahora me voy a vivir a Buenos Aires para construir mi vida con este instrumento”, como te decía. Ahora estoy escribiendo cosas para hacer un libro con un perfil docente entre otras cosas.


P/ Igual pasa algo muy particular contigo. Cuando uno repasa la tremenda lista de músicos con los que tocaste y muestra cualquiera de los episodios de tu obra, muchos se sorprenden y piden data sobre vos. De dónde salió este pibe? Cómo toca! Pero se podría decir que no sos un tipo masivo en el conocimiento popular, ni siquiera en Santa Fe. Tus pares te reconocen (Malosetti, la Negra, Gismonti) y tal vez esto te alcance, o no?

FL / Es que nosotros estamos viviendo otro mundo, diferente al de hace unos 30 años. Qué músico de tango, folklore o rock de los últimos diez años se sentó en la mesa de Mirtha Legrand? Si me nombrás cinco te doy un premio. El mercado de consumo cambió, internet fragmenta, satura. Antes había cuatro o cinco canales de aire y si entrabas en esa caja, te hacías conocido por todo el mundo. Pero hoy cada uno elige y arma su propio menú. Es otra cosa. Si yo hubiese ganado Cosquín y tocado con La Negra Sosa hace unos 30 años hubiese sido un tipo mucho más masivo. Hay por cierto tipos más populares que yo, pero no tantos y si te aseguro que si se paran en una esquina no los conoce todo el mundo. Ni siquiera un grupo como La Berisso –que llenan un estadio como River- tiene tres temas que conozca todo el mundo, que puedan ser citados en un concurso de Hola Susana por decirte una boludez, no digo sus fans sino audiencias masivas. Es verdad lo que vos decís. Te cuento algo, cuando fui revelación de Cosquín se enteró la panadera que labura a dos cuadras de casa, eso hoy no pasaría a menos que sea muy del palo folklórico. Antes todo el mundo conocía –aunque no te guste para nada- uno o dos representantes de cualquiera de los géneros populares. Y te hablo por ejemplo de Rapahel, Caetano Veloso o Charly García, esos tipos que vos ves en un cartel de la esquina y no sólo los conocés sino que tienen una cinta que dice “Luna Park 27, 28 y 29 agotados”. Hoy si encontrás algo así mirás el nombre del tipo y decís “quién es que hace ocho Lunas y yo no sé ni qué toca”.

Cambió el paradigma, no hay más de esos artistas conocidos por varias generaciones, los que quedan son muy puntuales o recontra clásicos con más de 25 años de carrera. Yo encima soy un tipo de muchos lugares, abro tanto el juego que finalmente quedo en un camino con muchas líneas tiradas, para nada simple, más lento. Ha cambiado el concepto de artista popular y masivo, no es sólo un problema de Franco Luciani.


"Es difícil hallar cosas nuevas, verdaderamente nuevas hoy. Sí hechas por gente “nueva”, más joven pero me da la sensación de que las grandes matrices ya están. Tengo la sensación, no la seguridad, eso es lo maravilloso de esto" / Foto: Verónica Villanueva.

P / Hablando de las redes sociales, cómo trabajás eso, cuánto tiempo le dedicás. Cuánto tiempo a tocar, a componer y a hacer “prensa de Franco Luciani”?

FL / Yo no me tomo un tiempo determinado para las redes, me organizo y trato de publicar un nuevo contenido una vez a la semana pero no hay nada regular o que tenga que ver con una estructura. Sí armo algo distinto cuando tengo que comunicar un nuevo disco pero esto también cambia mucho. En otros tiempo vos eras tapa del suplemento de espectáculos de Clarín y no te daba el tiempo para atender llamadas de familiares, amigos, colegas, etc. Ahora yo no me entero de lo que pasa en Clarín, nosotros no somos conscientes de los cambios que impusieron los consumos de internet, o no sabemos hasta dónde puede llegar.


P / Ahora bien, tocaste con Gismonti en el CCK, recorriste el mundo con Mercedes, tocaste y grabaste con Toot Thielemans (que es para los armonicistas como Eric Clapton o Hendrix para los guitarristas). Todos músicos de culto, pero con quién podés compartir la magnitud real de ésas cosas? Qué te pasó a vos con eso?

No es una respuesta fácil, fueron construcciones. Lo de Gismonti se dió porque fue a la prueba de sonido, lo contacté ahí y terminé subiendo para tocar con él.


P / Ah, no estabas invitado previamente? En el diseño del recital?

FL / No, aparecí ahí y sucedió. Y yo sé que para eso Gismonti es muy jodido (en el buen sentido), no hace concesiones. Conversamos y salió el tema de Piazzolla que a mí me encanta además, dije que lo sabía, luego el productor me pidió que me tocase algo de Astor y Gismonti me dijo que le encantó y que volvía en Abril. Seguimos charlando un poco más hasta llegar al tema “Agua y Vino”, yo le dije que me encantaba ese tema y me preguntó si lo tacaba así que se sentó en el piano y lo tocamos…son 30 segundos en donde pasan esas cosas. Yo me escribo con él cuando se da el momento apropiado y estamos en hacer algo cuando vuelva. Yo lo tomo con mucha naturalidad.



Mercedes ya no es Sosa / Generaciones sin historia


P / Quien te vio en esas ocasiones puede decir que nunca se notó que te pesara o que te costase superar la admiración o la condición de fan del que te invita.

FL / Debo decir que vos nombraste a Mercedes, a Gismonti y Toot, con esos tres me temblaron un poco las piernas. Pero eso está bueno también. Toot era un sueño de joven, tocar con él alguna vez y hasta me recibió en su propia casa. Pero lo de Gismonti era algo como imposible y se dio naturalmente. Son momentos. Hace 100 años todos recitaban los versos de Carriego, hoy no existe eso, todo va y viene. De hecho ya hay personas y generaciones que no saben quién fue Mercedes Sosa.


P / Y hablando de la Negra, contame algo que no sepa, no anécdotas del tipo “lo que comía, cómo vocalizaba para salir a escena” sino algo que te haya sorprendido, algo que no te imaginabas previamente a conocerla.

Su enorme solidaridad, su corazón abierto. La simpleza “behind the music”, porque era un artista de un nivel de popularidad tremendo y eso no te lo hacía pesar en absoluto. Hay un momento que tengo “acá”, un concierto en Londres en donde se cerraba el telón al final del show y era ella la que se daba vuelta y nos decía “gracias por estar aquí conmigo”. Qué queda para mí, pensaba yo. Ella iba por la selva a machetazos limpios abriendo claros para que nosotros, muchos otros músicos, hiciéramos camino, Mercedes era exactamente así. Perece nada, pero es muy grosso, no quedan artistas así.


P / Y ella te pedía algo particular musicalmente hablando? Su arreglador Popi Spatocco te decía cómo quería que toques algún tema por ejemplo?

FL / Noooo, siempre tuve mucha libertad. Él me decía “aquí viene tu solo” y nada más. Y si me hubiesen dicho tocá esta línea melódica también lo hubiese hecho, es un tema de necesidades puntuales. Yo recibí muchos regalos con Mercedes, incluso en el disco “Deja la vida volar” que salió post mortem, hay una versión que hicimos en Roma donde ella me presenta como un compatriota ilustre y destacado. Eso fue en Julio de 2008, hace ya diez años. A mí me tocó por suerte la última etapa.


P / Esa fue la última vez que la viste?

FL / Posiblemente para la gira europea sí, porque ella murió menos de un año después. Estuve a punto de hacer una gira con ella a Brasil, luego a Israel pero imagínate, ella muere a mediados de 2009 con varias operaciones previas. No la ví por ocho meses tal vez, tal vez menos.



"Estoy muy contento con mi voz porque ha sido muy bien recibida, sin pecar de vanidoso. Yo con mi armónica me trencé en duelos musicales con los mejores cantantes de todos los géneros, pero ahora cuando salgo a cantar me expongo muchísimo" / Foto: Verónica Villanueva.

P / Y hablando de músicos que admiras, de hecho incluiste un tema precioso de él en tu último disco, estuviste cerca alguna vez de tocar con Spinetta?

FL / Vos sabés que sí. Si no se hubiese ido seguro llegaba a conocerlo porque tenía muchos amigos músicos en común con él. Como Claudio Cardone, Rodolfo García o el Mono Fontana. De hecho Rodo García me contaba de que habían hablado de mí y él quería que lo conozca. “Él está recopado y le encantaría conocerte” y esas cosas.

Yo había grabado un par de homenajes en folklore para Spinetta y la seguridad no la tengo, pero los músicos que te conté tendieron los puentes. Pensalo así, son oportunidades, si Mercedes se hubiese muerto cuatro años antes nunca hubiese tocado con ella, la vida es así finalmente.


P / Está todo inventado? Hablo de fusiones genéricas, secuencias armónicas, tonales, formas de escribir las letras, la poesía de la música popular.

FL / Es difícil hallar cosas nuevas, verdaderamente nuevas hoy. Sí hechas por gente “nueva”, más joven pero me da la sensación de que las grandes matrices ya están. Tengo la sensación, no la seguridad, eso es lo maravilloso de esto. Pasa mucho en el rock, no hay cosa que escuche y no le encuentre un paralelo con los sesentas, setentas, ochentas…olvídate. Pero soy un tipo que disfruta de todo. No hay un montón de bandas que me gusten hoy, ni en el rock ni en ningún otro género.


P / Te pasa que antes ibas a una disquería y no sabías qué disco comprarte por la cantidad de buenas opciones y lo acotado de la guita y ahora es lo mismo pero porque no hay ninguno que te despierte curiosidad?

FL / Sí, no hay que ocultar eso por miedo a que digan que uno se resiste a escuchar cosas nuevas, a modernizarse. No soy un tipo poco optimista tampoco, pero no hay mucho de verdad. Yo de los últimos dos artistas que esperaba discos nuevos era de Alfredo Ábalos y de Spinetta. Con el Gordo llegué a tocar y a conocerlo, uno de los grandes compositores e intérpretes de la música popular. Y con Spinetta era eso de “sale PAN” y corría a comprar dos, para tenerlo y para regalarlo.


P / Como seleccionás tu repertorio, la escaleta de temas para el armado de tus discos? Sabemos que te gusta que haya un concepto que hilvane las canciones y que mezclás temas propios con interpretaciones pero…cómo es la relación de porcentaje? Cuántos propios y cuántos de otros autores?

FL / Si bien me considero un creador de canciones, un compositor que toca sus obras, no muy prolífico en algunos momentos y en otros sí, no nací como compositor, tal vez no tengo esa necesidad de regularidad o de usina constante, entonces no la fuerzo. Siempre quiero que en mis discos haya algo mío pero no soy un cantautor que sabe que para sacar su disco tiene que meter 15 temas…no me sucede eso. Te digo más, después del primer tema que yo hice –que fue El Canalla que habla de mi ciudad, de mis colores amados de Rosario Central y está dedicado al Negro Fontanarrosa- estuve mucho tiempo sin componer nada. Me preguntaban “no tenés más cosas, no sentís la necesidad”? Y no, lo de componer fue creciendo cada vez más pero sin esfuerzos, me pongo sí una presión. Me gustan los temas instrumentales, darlos a un letrista o que me den letra…eso me encanta. Y sobre la otra parte de tu pregunta, yo nací como intérprete y es muy variable el modo como elijo los temas que ingresan a un disco. A veces quiero que sea un disco de tango, o de folklore, o simplemente de canciones (lo que ya te abre el juego). “Anda en el aire” va de Vivaldi a Spinetta pero el eje conductor es el folklore y el tango: Hay cosas mías, clásicos y no, géneros variados, yo busco que tenga un color uniforme.


P / Y los músicos los elegís en función de ese repertorio o al revés?

FL / Bueno, en este momento estoy tocando con Pablo Motta (contrabajo) y Leo Andersen (guitarras), a veces incorporamos otros artistas pero el trío es la formación base. Son dos músicos muy versátiles, grandes improvisadores y son de primer nivel, al punto que tocás de una manera que solamente ocurre cuando tocás con ellos. Sacan lo mejor de uno, siempre me han alentado en todo lo que he hecho. Incluso con el tema de cantar.


P / Sabés que cuando te escuché cantar por primera vez me pasó lo mismo que con Luis Salinas o Daniel Maza, me quedé con ganas de que lo hagas más seguido.

FL / Es que a mí me gusta mucho la manera de cantar de los intérpretes. Y estoy muy contento con mi voz porque ha sido muy bien recibida, sin pecar de vanidoso. Yo con mi armónica me trencé en duelos musicales con los mejores cantantes de todos los géneros, pero ahora cuando salgo a cantar me expongo muchísimo. De todas maneras funciona bastante bien esto de pintar alguna melodía o acompañar un poema que resuma la historia del tema. A tal punto que el disco ganó un Gardel el año pasado. Es algo que definitivamente vino para quedarse, estudio con Magdalena León que es una gran fonoaudióloga y conocedora de los recovecos y el sentido de la interpretación.



"Hoy en Argentina y el mundo vivimos en un neoliberalismo salvaje, un capitalismo salvaje en donde la premisa es el vacío cultural, el vacío intelectual, el vacío de la sensibilidad. Lo que se busca hoy es generar personas sin sensibilidad, estoy convencido de eso" / Foto: Verónica Villanueva.

Alpargatas sí, libros también


P / Yo soy enemigo de los periodistas que hacen notas a artistas (músicos, pintores, bailarines) y les cuelan las famosas preguntas de posicionamiento político o de encuadre partidario digamos. Pero la relación entre cultura y política, entre ética y estética es una discusión leguleya e intensa desde siempre. Te lo planteo así: ¿qué es para vos la política?, ¿tiene un ida y vuelta con las producciones culturales, con la música o discurren por carriles paralelos?

FL / La política es todo, seguro que hay artistas que siempre le han escapado a la política y han hecho grandes obras. Tampoco es imprescindible ser una voz contestataria constantemente, pero a la larga la política es todo y claro que influye. Por ejemplo, en los sesentas o los setentas, todo lo que se generó fue por la necesidad de mostrar un descontento, había que decir lo que pasaba, de generar un arma nueva, porque la cultura también es un arma. Hoy en Argentina y el mundo vivimos en un neoliberalismo salvaje, un capitalismo salvaje en donde la premisa es el vacío cultural, el vacío intelectual, el vacío de la sensibilidad. Lo que se busca hoy es generar personas sin sensibilidad, estoy convencido de eso. La sensibilidad para percibir un poema o una canción. Está todo bien con el deporte y a mí me encanta, soy muy futbolero, pero hay tanta guita metida ahí y tan poca en la promoción de la cultura que así es como estamos. Nos educan para que nada te importe, para que ninguna obra te erice la piel.


P / Y da la sensación de que cualquier composición que revista cierto grado de complejidad, que exija detenerse a escuchar, a mirar, a sentir agobia. Un tema con más de 4 acordes hace que a mucha gente le duela la cabeza incluso en los primeros compases. Haciendo la salvedad de que las canciones más memorables de la música popular tienen una cierta simplicidad.

FL / Igual hay que tener mucho cuidado, no pecar de intelectualoides. Hay una chatura a nivel político y tiene que ver con esto de que a los políticos les conviene un pueblo dócil o ignorante para manipularlos más fácilmente. La música está exenta de eso? Entonces qué pasa? Yo lo discuto con mucha gente.


P / Con músicos?

FL / Sí, de todo pero fundamentalmente con personas que se identifican con una izquierda extrema, con la que tengo muchas coincidencias, pero no me va eso de que “la gente de escasos recursos se siente orgullosa de la cumbia villera” por ejemplo. A mí me parece perfecto que eso sea así, no cuestiono esos consumos. Y sé también que hay muchos derechos importantes, el acceso a la comida, a la vivienda, a la salud, a la educación…pero el pueblo también tiene derecho a una mejor cultura, a conocer otras cosas. Y eso no sucede.


///


Me da mucha bronca cuando se dice que eso no es importante. Es esa frase que decía Perón: “alpargatas sí, libros no”. Primero está la alpargata, pero el libro también. Es muy fácil ir a los extremos. En los cuarentas o cincuentas, el tipo que se limpiaba las manos con grasa (no las señoras del mozarteum) se empilchaba y se iba a bailar con la orquesta de Troilo. Entonces, que el pueblo tenga una buena calidad cultural y musical es un derecho.

Y acá viene otra posible conversación, alguien puede plantarse y preguntarte “¿y cuál es la música buena y mala”? Esto es como el cuento de los tres chanchitos, si a vos te gusta la casa de paja que la soplan y se cae en un par de minutos, está perfecto. Ahora no me vengas a vender que la casa de paja es igual que la de piedra, porque no es lo mismo. A la casa de piedra hay que diseñarla, esperar a que se seque, etc.


P / Te acoto una frase en esa línea de La Mona Jiménez, cuando dijo que él hacía lo mismo que Piazzolla pues componía con las mismas siete notas.

FL / O sea que la Revista Caras es lo mismo que un libro de Borges porque se escriben con las mismas letras…yo creo que lo que se ha hecho mucho (y no es un problema de este país sino mundial) es bastardear la cultura. Hay que garantizar que la gente pueda acceder a la buena cultura, tenés derecho a que te enseñen a disfrutar de cosas variadas, que te enseñen a disfrutar de un buen poema, de un buen libro, de un buen disco de jazz que también son cultura popular. Pero ahora todo es veloz y efímero, yo creo que hay que garantizar el derecho a la variedad. Porque cuando vamos a bailar a un cumpleaños de quince no voy a exigir un cuarteto de Beethoven, no soy un boludo, yo prefiero bailar con Damas Gratis incluso pero el problema que el mismo tipo que escucha eso un sábado a la noche en el cumple o la fiesta, a la mañana en el tren y cuando va a laburar sigue escuchando lo mismo. Esas cosas se promueven desde los gobiernos, se enseñan, es una decisión hasta política que ese tipo escuche sólo eso y ninguna otra cosa. El mercado no lo enseña. Hay músicas para todos los momentos y todos los estados de ánimo. Parece que lo único que garantiza la felicidad es tener más y más cosas, pudiendo ser felices con mucho menos, eso es la variedad en este mundo. Con la locura que nada te termina satisfaciendo, todo pasa rápido y siempre hace falta más. Es una decisión política que esto se venda y esto no, hablando de la cultura puntualmente, yo estoy convencido de eso.

Cuando vamos a bailar a un cumpleaños de quince no voy a exigir un cuarteto de Beethoven, no soy un boludo, yo prefiero bailar con Damas Gratis incluso pero el problema que el mismo tipo que escucha eso un sábado a la noche en el cumple o la fiesta, a la mañana en el tren y cuando va a laburar sigue escuchando lo mismo. Esas cosas se promueven desde los gobiernos, se enseñan, es una decisión hasta política que ese tipo escuche sólo eso y ninguna otra cosa.



P / La última…santafesinos en Buenos Aires. Todos con posibilidades de volver pues como decía Fito siempre estamos cerca. Cómo vivís tu santafesinismo en Capital?

FL / Yo no tengo a mis viejos aquí y me mantengo en contacto con esto de las comunicaciones electrónicas, que no son lo mismo pero es algo. Igualmente me siento muy bien, nunca me han hecho sentir ajeno aquí, eso de sentirse ajeno incluso puede pasarte en tu ciudad de un barrio a otro, si vamos al caso. Por ahí a otros la distancia geográfica o afectiva les pega más fuerte, no a mí. No soy nostalgioso, te voy a ser sincero, no soy un tipo “extrañador”. Sí me pasa algo con mis viejos, con la familia, pero uno está hecho de todas esas cosas, yo estoy hecho de mis viejos, vienen conmigo. Es muy loco pero mi rosarinismo y mi santafesinismo es algo que lo milito desde el mejor lugar cuanto más lejos estoy, esto de Zitarrosa de “no te olvides del pago si te vas pa´ la ciudad, cuanto más lejos te vayas más te tenés que acordar”. El 99,5% de la gente que me conoce a mí o a mi laburo sabe que soy rosarino e hincha de Central, pero sobre eso construyo esa “ausencia” y soy un tipo que me gusta andar por el mundo. Si el día de mañana se da por mi trabajo que tengo la posibilidad de irme a vivir a Islandia por cinco años, perfecto.


P / Mejor incluso, tenés la posibilidad de conocer y tocar con Björk (risas).

FL / Ahí está, pero no desde un olvido, todo lo contrario. Yo con Mercedes lo logré y lo sentí así, andar por el mundo tocando las músicas que representan de dónde vengo, es la mejor manera de estar.


/ Foto: Verónica Villanueva.


Franco Luciani Trío / "Invierno (VIvaldi) + "La Plumita" (Arsenio Aguirre)




El otro reportaje / by Verónica Villanueva




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